Autor: Eva Valencia Molinero
Fecha de publicación: julio 7, 2016

La industria del porno es una de las que no dejan de ser boyantes a pesar de los años de crisis mundial que hemos vivido. Las cifras de dinero que mueve son mareantes y encuentra mercado en todos los países. Las páginas con vídeos xxx reciben miles de visitas diarias y los vídeos más populares pueden llegar a varias decenas de millones de reproducciones. Si tenemos en cuenta que hay muchísimas páginas web diferentes como la de porno brasileño sr porno gratis que siguen este modelo, la suma de usuarios es tremenda.

Pero el porno en Internet se encuentra en constante evolución. Últimamente, lo que más en auge se encuentra es el servicio de shows por webcam porno. Una mujer enchufa la webcam y se pone delante con más o menos ropa, más o menos activa, y se dedica a calentar al personal. Lo que más sorprende de este tema es que tiene tanto éxito o más que los tradicionales vídeos con escenas de sexo. Los usuarios ven en las webcams una manera de interactuar con las protagonistas, algo que no les estaba permitido con los vídeos, ya que simplemente se recibe el contenido de manera pasiva. Bueno, lo que haga cada uno mientras lo ve es cosa suya…

Lo que en un principio parecía otra manera de conseguir tráfico para la web y aumentar los ingresos por publicidad se ha convertido en mucho más. Obviamente, esa función sigue ahí, y además los usuarios permanecen más tiempo en la página, ya que la acción lleva un ritmo más lento que en los vídeos. Se abren más páginas y eso es bueno no solo para la exposición de anuncios sino también para el número de páginas vistas. Aunque nos adentremos un poco en el aspecto más técnico de las páginas web, es importante conocer el cambio de modelo en términos de marketing. Todos los países se están zambullendo en este universo, pero especialmente aquellos sin una gran industria pornográfica, como Brasil, Argentina, Colombia y Sudamérica en general.

También se ha ido desarrollando con fuerza el servicio premium a través de las webcams, que consiste en shows privados. El usuario puede pagar una cantidad de dinero para ver más espectáculo del que se ofrece en la versión gratuita. Puede tener lugar en una sala común, donde se comparte espacio virtual con los otros usuarios que han hecho su aportación económica. Al ser un lugar más restringido, la chica en cuestión puede atender de manera más efectiva y ordenada las peticiones de sus fans. Del mismo modo, si esto aún te sabe a poco, puedes pagar más y ser la única persona presente en la conversación y hablar de manera exclusiva con la chica y hacer las peticiones que más te interesen.

Lo bueno del «fenómeno webcam» es que reúne tanto a amateurs como actrices porno ya consagradas, que entre rodaje y rodaje hacen un hueco en su agenda para mostrarse más cercanas a sus fans en un ambiente menos…invasivo. Lo más probable es que en los próximos años esta sea una de las grandes fuentes de ingresos en el porno, tanto para páginas web como para las protagonistas.